martes, 12 de abril de 2016

DESOLADA

Escribe : Jaime Acuña Sotelo 

Un hormigueo yace en  mi alma, donde las palabras se acaban, el aliento es sombrío  y solo el viento susurra lo que el tiempo se llevó.
Querer entrar en la melancolía sería un pretexto, acumular mis penas y desahogarme es dejar  que el tiempo se lleve de mí lo más preciado.
Camino por lares que no conozco, me parece que en antaño dibuje mis pasos por aquí,  el no estar seguro hace que aquellos lugares los haga mío nuevamente, no logro divisar nada, solo escombros que mi alma palpita hasta encontrar un refugio en el fondo  de mi orgullo.
Me duelen las ganas  de no verte, de poder tenerte, me duele al caminar,  pasos ajenos que en  mi mente solo recorrías, destruyo las piedras que atraviesan mis dolencias y mis fracasos, una pregunta acorrala mis sentidos, ¿porque ayer eras campo y hoy eres  tiniebla?
El pasar de la vida te envuelve  dejando huellas, aquellos pasos, levantando polvo ,poniendo a prueba mi resistencia, camino sin rumbo por aquellas calles desoladas que solo mi mente y mi corazón puede divisar, soy un peregrino de mis ideales, un forastero  de mis pensamientos y  un nómade  que recorre mis sueños  tramo a tramo, de vez en cuando despierto suspirando anhelos para luego seguir siendo el nómade que persigue aquellos sueños que un buen día dos corazones se entrelazaron   a orillas de una  realidad.
Entre escombros  gateo, aquel terremoto que destruyó mis sentimientos hoy están en ruinas mil un suspiros,   a lo lejos diviso un templo feligreses ingresan a aquel recinto que aún sigue en pie, templo que solo un pecho soporta, tres golpes, un reclinatorio,  mirada al vacío y una oración que solo  el corazón puede descifrar….
…. Pongo a tu merced mis más fiel sentimiento, no decaigas mis fuerzas ante tu agonía, solo dame fuerzas para sobrellevar  este gran amor que aún tengo, en mi  delirio  una esperanza, una velita se enciende en mi alma y tu amor se refleja entre aquella oración que descifro con el lenguaje de mi alma, amor que entre las llamas se dibujó y en la hoguera se destruyó,  mi oración hacia el amor prosigue y termina a la vez…
El camino se hacía estrecho, la mala yerba creció y no me dejaba pasar,  mal oliente y descuidado encontré aquella ciudad sin bandera, el humor de la desdicha sobre pasaba las barreras de mis ilusiones, encontrando sobrevivientes en un terreno áspero donde solo un suspiro bastaba para que puedan desistir de sus aspiraciones y morir en ideales donde la soledad se acumula y destruye un pueblo  que de amor vivía.
Desolada esta mi alma, que entre escombros sobrevive, alimenta mi fe entre oraciones al amor, que solo  una  ilusión marca la esperanza de mi camino, creyendo ser un  forastero de mi pensamientos, ahogándome  en tres golpes al pecho, divulgo que mi soledad  en aquella ciudad solo  es un puente que mi desdicha dibujo  a  orillas  que un buen día mi amor y yo  profesamos  ante  el gran amor que nos teníamos.

Desolada esta  mi alma…
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